Mentalidad positiva
El emprendedor tiene que tener en todo momento una mentalidad positiva hacia la función que realiza. Y debe también TRANSMITIRLO.
Sabemos que esto es muy difícil de lograr siempre y en cada momento. Hay una técnica que os puede servir; en vez de imaginarnos el mundo como un lugar fantástico y maravilloso al que solo le faltarían un par de arreglos para dejarlo como nuevo, imaginemos lo contrario: “el mundo es un sitio lúgubre y peligroso en el que no merece la pena estar”.
Desde esta perspectiva, cada vez que hago algo que merece la pena, o cada vez que consiga algún éxito en este mundo cruel, cada vez que logre sacar “una lasca de fortuna”, lo festejaré (moral y psicológicamente) como si fuera lo mas importante que he hecho en mi vida.
Esta forma de relativizar las cosas viene muy bien en épocas de “vacas flacas”.
Cuando nos va económicamente mal, en un momento dado, no nos paramos a pensar cual era nuestra situación hace unos meses, años o décadas. Tenemos miedo a perder lo que hemos conseguido, pero ¿y porque no nos acordamos de cuando no teníamos nada? Y por tanto nada que perder.
Agradecer lo bueno que nos pasa como si fuera algo extraño en un mundo inhóspito, nos ayudará a mantener una mentalidad positiva ante las adversidades.
©Jum Kioce
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